Desde la antigüedad los seres humanos hemos utilizado las historias para enseñar. Las historias son una poderosa herramienta de aprendizaje porque activan nuestras emociones, y las emociones son las que hacen que lo que escuchamos quede grabado en nuestra memoria. Las historias son amenas, nos enganchan y nos conectan con los demás.

Por eso en Moebius utilizamos el storytelling en nuestros proyectos de formación y gestión del cambio. Y como más nos gusta hacerlo es por medio de una serie que sirve de hilo conductor de todo al proceso formativo. A esta metodología la llamamos Storylearning. Durante estos últimos años la hemos puesto en práctica en muchos clientes, aprendiendo y desarrollándola. Ahora sabemos lo que funciona, y también lo que no funciona. Por eso, si estás pensando en utilizar el Storylearning como metodología formativa, nos atrevemos a darte tres consejos que te ayudarán a tener éxito.

  1. Introduce un punto de trasgresión en tu historia. Reconozcámoslo: las consultoras y los profesionales de Recursos Humanos nos hemos vuelto terriblemente aburridos. No hay más que ojear una publicación de Recursos Humanos para comprobar lo extendido de los clásicos mantras. “El verdadero líder es un desarrollador de su equipo”, “Es necesario alinear la función de Recursos Humanos con la Estrategia Corporativa”. Incluso en temas relativamente nuevos, los profesionales del mundillo de los Recursos Humanos hemos sido capaces de acuñar lugares comunes, ¿o es que nunca has escuchado a alguien decir “La transformación digital va de personas”? Así que ya sabes, tienes que romper con todo eso. Y plantear algo que realmente sea diferente al envoltorio en el que vienen los clásicos programas de formación y desarrollo. Funciona muy bien introducir elementos fantásticos en la historia, que sorprendan y despierten la imaginación del participante. Y por supuesto, nada mejor que utilizar el humor y, por qué no, ser una pizca irreverente. Sin llegar a perder los papeles, claro está.
  2. Busca la conexión con los participantes. La identificación con los personajes y con la historia es fundamental para conseguir que la gente se enganche a nuestra historia. Las dificultades que atraviesa el protagonista son la que constituyen la verdadera esencia de una buena historia. Si consigues que las dificultades del protagonista sean compartidas por los participantes, el éxito estará asegurado. Rodar la historia en las instalaciones de la empresa, que se vean sus productos y sus clientes y se utilice su jerga propia y exclusiva genera conexión con el participante. Los personajes secundarios son un componente importante de la historia y una buena forma de dar visibilidad a los distintos tipos de empleado que forman la empresa. Y, por qué no, planificar “cameos” en la historia de directivos o empleados especialmente conocidos es una garantía de que la gente verá la serie… aunque solo sea por curiosidad.
  3. Asegura la experiencia transmedia. Una de las claves de The Walking Dead es que superó el formato serie para convertirse en un universo transmedia. The Walking Dead no es solo una serie: es un cómic, un videojuego y una serie de webs y apps oficiales. La serie actúa como macro historia o nave nodriza que conecta cada uno de los elementos del universo. Para que la magia funcione es necesario garantizar la consistencia a lo largo y ancho del universo. No puede haber incoherencias, los personajes tienen que tener el mismo aspecto e incluso comportarse de la misma forma. Cuando utilizas Storylearning como metodología formativa es imprescindible garantizar la experiencia transmedia. Los talleres presenciales, los materiales, la comunicación del programa… tienen que respirar la misma imagen y los personajes de la historia han de estar presentes en todas la experiencia de participante. O dicho de otro modo: si queremos que la experiencia de participante sea realmente extraordinaria es imprescindible alinear las diferentes metodologías formativas incluidas en el programa. De lo contrario, terminaremos con la magia.

 

En definitiva, seamos originales y no caigamos en el encorsetamiento y la endogamia tan propia de la función de Recursos Humanos. Busquemos puntos de conexión con nuestra audiencia y empaticemos con ella. Y aseguremos que la historia no está presente solo en una web serie, sino que llega al participante por diferentes canales de forma consistente y homogénea.

Si tenemos éxito y somos capaces de crear una buena historia, seremos capaces de captar la atención de nuestro público y hacer que el tiempo que destinan a “enredar” (todos lo hacemos en mayor o menor medida en nuestro trabajo) lo dediquen a formarse y no a ver los memes que les llegan por WhatsApp.

Y si conseguimos que los empleados, a la hora del café, charlen sobre nuestra serie, habremos conseguido el objetivo de todo contador de historias.

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Daniel Cordón es Socio Director en Moebius Consulting


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