“La edad es un tema de la mente sobre la materia. Si no te importa, no importa”
Mark Twain.
¿Sabías qué?
- Nuestra estructura demográfica se está invirtiendo.
- Las personas viven y trabajan durante períodos más largos.
- La brecha es cada vez mayor entre jóvenes, adultos y mayores1.
- Casi 150.000 vacantes están sin cubrir con una tasa de paro del 11,6%.
Y mientras… el 40% de los profesionales de RRHH descarta automáticamente a mayores de 55 años2 y el 83% no contrata a ninguna persona de más de 55 años3.
Sin adentrarnos en los datos de las reestructuraciones en los que, a menudo, la edad es el criterio determinante para desvincular a personas, sin segmentar por género donde los datos empeoran para las mujeres en todas las edades, podemos asegurar que se trata de datos llamativos y desalentadores, más aún si tenemos en cuenta que el principal objetivo de los profesionales de Recursos Humanos es incrementar la densidad de talento de su organización.
Esto se debe a que la edad está asociada a un sinfín de sesgos negativos. En los mayores se da por supuesto que están desactualizados en sus competencias, que no se adaptan a los cambios y que tienen altas expectativas salariales. Del mismo modo, los jóvenes son juzgados como intransigentes, con falta de compromiso, de motivación, etc. Por otro lado, también mantenemos sesgos inconscientes a la hora de aceptar a las generaciones más jóvenes en roles de responsabilidad, como gerente o entrevistador, restándoles credibilidad.
Pese a todo ello, la realidad es que en los actuales entornos de trabajo pueden llegar a convivir hasta cinco generaciones: los tradicionales (que siguen activos más allá de la edad de jubilación), los Baby Boomers, la Generación X, los Millennials (Generación Y) y la Generación Z (Centennials). El término «generación» define a un grupo de personas que nacen en un período similar y viven acontecimientos históricos y culturales similares y cada una tiene su cultura, sus valores, sus ideales, sus conocimientos y habilidades, y hasta su propio idioma.
Pero, ¿realmente la edad determina el interés por seguir aprendiendo?, ¿la atención o la memoria son temas sólo de la edad?, ¿la conciliación sólo preocupa a los jóvenes?, ¿el compromiso y la responsabilidad son atributos de una generación en particular? Pensemos dos veces antes de asumirlo…
¿Y si los términos generacionales moldean nuestro comportamiento?, ¿y si las etiquetas nos controlan más de lo que creemos?, ¿y si condicionan el comportamiento de las personas4 ?
Nuestra generación no nos define ni nos encasilla ya que nuestras experiencias y diferencias en origen, raza y tecnología también moldean nuestra conducta, y no sólo la edad. Por lo tanto, no nos clasifica ni define la generación a la que pertenecemos, como casi nada que nos meta en una caja compartimentada y sellada.
Desde este paradigma podemos cambiar las reglas, al menos mentales, y aprovechar la oportunidad que implica trabajar con un amplio espectro de edades y sus beneficios, tanto emocionales como profesionales.
En definitiva, si crear valor mejorando la “densidad de talento” es el gran reto de Recursos Humanos y todas las generaciones aportan conocimientos y habilidades que impulsan el crecimiento de nuestra organización, no basta con crear espacios multigeneracionales ya que así sólo creamos entornos diversos. Hay que impulsar la inclusión, pasar del “multi” al “inter” mediante la participación, la alineación hacia objetivos comunes, el conocimiento y el respeto mutuo, la co-creación, la influencia mutua, la cooperación y el aporte de igual a igual. Debemos chequear nuestros procesos de gestión de personas desde el reclutamiento hasta la desvinculación para que el talento crezca, poniendo el foco en lo que aporta cada individuo más allá de su edad o generación y optimizar el desempeño de nuestros equipos gracias a compartir conocimientos y experiencias y sumar recursos y capacidades. Sin duda gran parte del upskilling y el reskilling de nuestros profesionales está en la diversidad generacional.
Desde las empresas tenemos la capacidad y la responsabilidad de ampliar esta sensibilidad a la sociedad, pues necesitamos más contacto, más comunicación y más empatía entre generaciones para pensar en escenarios de futuro del trabajo sostenibles y crear una sociedad más justa.
1 Según datos del CIS, en España 13 de cada 100 personas de 65 años o más no tiene relación alguna con sus familiares más jóvenes con los que no convive y el 62% no se relaciona con personas menores de 35 años que no sean familiares.
2 Estudio #TuEdadEsUnTesoro de la Fundación Adecco.
3 Informe Fundación Adecco 2022.
4 En mayo de 2021 cientos de investigadores científicos firmaron una carta abierta pidiendo a la autoridad mundial Pew Research Center – reconocido Think tank con sede en Washington – poner fin al uso de términos generacionales, argumentando que tales etiquetas son contraproducentes puesto que los términos generacionales pueden dar forma al comportamiento de las personas y no al revés.
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