La agilidad de liderazgo ha sido definida por muchos como la “competencia clave” para tomar decisiones y actuar eficazmente en entornos de cambio acelerado, complejidad e interdependencia.
En estos entornos, las empresas se están adaptando para competir y poder dar respuesta a los nuevos modelos de negocio y necesidades de clientes. Para ello, diseñan estrategias digitales y las implantan mediante modelos operativos ágiles en el conjunto de la organización.
Pero ¿qué ocurre si los equipos empiezan a adaptar nuevas formas de trabajo y no se ven acompañados por líderes ágiles? La realidad que encontramos en muchas empresas es que el liderazgo y la cultura constituyen la principal barrera a la transformación ágil de sus organizaciones.
El liderazgo es la clave de bóveda que impulsa el resto de los elementos como la estrategia, cultura, organización o formas de trabajo. El desarrollo de líderes ágiles es un proceso lento, que arrastra automatismos e inercias basadas en experiencias previas de éxito en entornos que ya no existen. Sin embargo, se puede acelerar y facilitar así la transformación del conjunto.
Las organizaciones ágiles necesitan líderes ágiles
En un entorno volátil e impredecible, donde la tecnología lo penetra todo, sí podemos aventurarnos a predecir dos tendencias: el ritmo de cambio seguirá acelerándose, y se tratará de cambios cada vez más complejos e interdependientes.
Desde hace más de una década la respuesta ha sido construir organizaciones ágiles. Liderazgo ágil es en este sentido directamente análogo a organizaciones ágiles: la habilidad para actuar eficazmente en entornos complejos y muy cambiantes, desarrollando una adaptabilidad mayor a la de su entorno. Siendo además el liderazgo el elemento que permite transformar los otros.
Venimos de, y estamos mayoritariamente en, liderazgos heroicos. Son los patrones dominantes hoy, porque han sido muy eficaces hasta hace poco en entornos estables, y lo siguen siendo en algunos ámbitos. Han modelado las organizaciones a su medida. Pero no son eficaces en la incertidumbre y la interdependencia. Necesitamos transitar hacia modelos de liderazgo postheroicos. ¿En qué consiste esa transición? Podemos resumirla en estos cuatro retos:
- Observar pensar y actuar de fuera hacia dentro. Los lideres heroicos suelen pensar y actuar dentro de los modelos y parámetros tradicionales de su negocio, resolviendo problemas de los que ya saben cuál es la solución. En el mundo digital es necesario abstraerse del marco de referencia, elevarse y observar para ganar una perspectiva más amplia. Y al hacerlo, identificar tendencias y oportunidades que se presentan, traerlas a la organización y saber aprovecharlas.
- La respuesta a problemas complejos nunca está en una sola persona. Los líderes heroicos piensan y dan todas las soluciones por su posición, experiencia y capacidades. Suelen centrarse mucho en sí mismos y en su visión. Tiene una perspectiva de “one man show”, y se cargan con la responsabilidad de todo lo que debe hacerse y pensarse para solucionar un problema. Al hacerlo, sobrecontrolan e inhiben el potencial de sus equipos. Los liderazgos post heroicos fomentan el trabajo colaborativo, crean y facilitan equipos autogestionados donde nuevos liderazgos emergen.
- Desarrollar influencia en doble sentido, integrar perspectivas múltiples de equipos diversos. Los líderes heroicos desarrollan influencia asimétrica. Se centran en su visión, comunican para influir y muy poco para ser influidos. Los líderes postheroicos son capaces de mantener conversaciones abiertas en las que se integran inquietudes o soluciones diferentes y a veces contrapuestas a las suyas. Tiene que ver con comportamientos inclusivos en entornos diversos dentro y fuera de la organización.
- Moverse en la ambigüedad de mantener temporalmente abiertas ideas opuestas como posibles “en modo experimento”. Los líderes heroicos son administradores de certezas, aspiran a tener todo planificado, prever los problemas y oportunidades en cada momento. Los líderes postheroicos se mueven en esa zona de ambigüedad, están preparados para innovar, tomando la iniciativa en situaciones en las que no tenemos certeza de lo que va a pasar y dar respuestas rápidas.
Estos son los 4 retos a los que un líder se enfrenta cuando trata de transformarse a un liderazgo ágil. Las organizaciones ágiles necesitan líderes ágiles, ¿estáis preparados en vuestra organización para asumir estos grandes retos?