Durante décadas, si no siglos, las organizaciones de mayor éxito, se han diseñado para ser tremendamente eficientes y generar un alto nivel de predictibilidad para minimizar el margen de error y prever posibles riesgos. Se organizan de forma jerárquica, y la toma de decisiones toma un sentido top-down. Se organizan por departamentos y áreas expertas en diferentes tareas, lo que a menudo resulta en el trabajo en silos. ¿Dónde quedan las organizaciones ágiles?

¿Quién no ha sido víctima, por poner un ejemplo, y como cliente, de pasar de un departamento a otro, con la sensación de mareo y de incomprensión, intentando solucionar una incidencia, en, pongamos, una compañía de telecomunicaciones? Los especialistas de cada departamento no tienen visión global de lo que ocurre en otra área de la empresa, impactando negativamente en la experiencia del cliente.

Otro caso, de entre muchos, se da en el desarrollo de nuevos proyectos dentro de las organizaciones. El proyecto pasa de un departamento a otro resultando una adición de valor, en función de los objetivos de cada área, perdiendo de vista la creación de valor, de forma integrada, y a menudo perdiendo de vista al cliente.

En el entorno competitivo de la Era Digital, estas estructuras cada vez encuentran mayores dificultades para captar y responder a los cambios disruptivos que se generan en el mercado. Son organizaciones que reaccionan de una forma extraordinariamente lenta, atrapadas en prácticas anquilosadas y burocráticas, pensadas para una época que ya no existe.

Por contraste, observamos organizaciones ágiles que son capaces de generar y entregar nuevo valor al cliente de forma constante, en cortos períodos de tiempo. Organizaciones que son capaces de adaptarse continuamente, batiendo a su competencia, en favor de sus clientes, y dominando el mercado.

Las organizaciones ágiles que adoptan un enfoque Business Agility se vertebran alrededor de 3 palancas de acción clave. Estas 3 palancas, recordemos, son:

  1. El Customer Centricity
  2. La Gestión Estratégica de la Innovación (innovación en producto y servicio, y en modelo de negocio y propuesta de valor).
  3. La Organización Ágil. O cómo las empresas adecuan sus estructuras y formas de operar adquiriendo la habilidad de reconfigurar su estrategia, sus estructuras, sus procesos, sus personas y sus tecnologías de una forma rápida, constante y sistemática, entregando valor continuamente a sus clientes, batiendo a sus competidores.
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Sobre este 3r eje, en las organizaciones ágiles se reconocen 5 grandes características, según un documento de la prestigiosa consultora McKinsey:

  1. A un nivel Estratégico, existe un propósito claro que define cuál es el impacto que la empresa quiere generar en el mundo. No se trata solo de vender y ganar dinero. Este propósito es conocido y compartido, constantemente, por toda la organización. Y el propósito, va mucho más allá que simplemente definir qué producen y qué venden estas empresas. Ejemplos de propósito potentes son:
    • IKEA: Crear un día a día mejor para las personas.
    • Nike: Aportar inspiración e innovación a cualquier atleta del mundo.
    • Tesla: Acelerar la transición del mundo hacia una energía sostenible.
    • Microsoft: Ayudar a las personas y a los negocios a conseguir todo su potencial.
    • Waze: Burlando el tráfico, juntos.
    • Chipotle: Comida con integridad.
    • TEDx: Ideas dignas de difundir.
    • Google: Organizar la información del mundo.
    • Virgin Atlantic: Democratizando el acceso al espacio para beneficio de la vida en el Tierra.
  1. A nivel de Estructura son organizaciones que dejan atrás el modelo jerárquico, que en ocasiones genera silos, con toma de decisiones de arriba abajo, para convertirse en una red interconectada de equipos autogestionados, que se enmarcan en estructuras jerárquicas muy planas.
  2. A nivel de Procesos, esa red de equipos es capaz de tomar decisiones de una forma rápida y autónoma, llevando a cabo interacciones cortas y aprendizaje continuo con los clientes, siempre priorizando la entrega de valor al cliente. Para ello son fundamentales los OKR, que veremos en breve.
  3. A nivel de Personas, los equipos constan de profesionales altamente capacitados, empoderados y con gran capacidad emprendedora. Las personas en la organización suelen estar altamente motivadas, puesto que se alinean de forma intrínseca con el propósito global de su organización. Son profesionales con gran capacidad para cambiar de rol y equipo en la misma organización, desterrando definitivamente el líder de “ordeno y mando”, a un liderazgo compartido y de servicio a los demás.
  4. A nivel Tecnológico, disponen de una gran capacidad para evolucionar la tecnología que emplean, incorporando aquellas soluciones de una forma rápida, siempre que aporte valor al negocio y a los clientes. Esta capacidad de incorporar y evolucionar la tecnología, en un mundo de desarrollo tecnológico exponencial, se instrumenta gracias a herramientas como el Scouting, las Hojas de Ruta Tecnológicas o DevOps, herramientas de última generación, fundamentales para este objetivo.

Ser una organización ágil no es una elección. La velocidad y magnitud de los cambios de mercado, que se acelerarán previsiblemente cada vez más, obligan a repensar y rediseñar aquello que se ha dado como excelente en décadas.


Xavier Rodríguez

𝗦𝗼𝗰𝗶𝗼 𝗗𝗶𝗿𝗲𝗰𝘁𝗼𝗿 𝗲𝗻 𝗠𝗼𝗲𝗯𝗶𝘂𝘀 𝗖𝗼𝗻𝘀𝘂𝗹𝘁𝗶𝗻𝗴

Experto en Organizaciones Exponenciales y Design Thinking. ExO Sprint Coach por Open ExO. Diplomado en Digital Strategies for Business en la Columbia Business School.

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